Símbolo de belleza de una época
Agustina Otero Iglesias, más conocida como La Bella Otero, fue uno de los personajes más destacados de la Belle Époque francesa, la primera artista española conocida internacionalmente que realizó giras por Nueva York, Argentina, Francia o Rusia, entre otros países, y llegó a ser una de las estrellas más conocidas del famoso Folies Bergère de París.
Nació en Pontevedra en 1868, pero siempre se hizo pasar por andaluza y de origen gitano, ya que esto resultaba más atractivo para la época.
Actriz, cantante, bailarina y cortesana, su desparpajo, su sensualidad, su belleza y su talento despertaron pasiones dentro y fuera de los escenarios.
Atesoró una de las fortunas más cuantiosas del momento y una maravillosa colección de joyas, muchas de las cuales fueron regalos de reyes, zares y personajes influyentes de la época que caían rendidos a sus pies.
Una dedicatoria del escritor francés Gabriele d?Annunzio rezaba así “A la belleza viva, religiosamente”. Belleza que también retrataron pintores ilustres como Toulouse-Lautrec, que fue la envidia de otras artistas coetáneas y que bien le sirvió para ser conocida a nivel mundial como LA BELLA.
Murió en Niza, a la edad de 90 años, en unas circunstancias muy desafortunadas, pero vivió siempre con la grandeza y la dignidad de quien nunca deja de luchar por sus sueños.
Biografía recomendada:
La Bella Otero, Carmen Posadas. Ed. Planeta, 2001.